Airmagic

Confort térmico. Un beneficio tanto para los trabajadores como para los empleadores

Estamos acostumbrados a escuchar hablar del confort térmico, ya sea en nuestro entorno personal o profesional. Al fin y al cabo, se trata de un aspecto indispensable para sentirnos a gusto en cualquier momento y lugar. Pero, ¿qué es exactamente? Aquí se va a explicar, pero no solo esto. También se va a exponer cómo afecta a la salud el aire puro y limpio dentro del ambiente de trabajo y cómo se pueden lograr ambos objetivos a partir de un mismo sistema de climatización.

Tabla de contenidos

¿Qué se entiende por confort térmico?

El confort térmico se define como la sensación de bienestar que los seres humanos sienten dentro de un espacio cuando no tienen frío ni calor, es decir, cuando la temperatura es la idónea para llevar a cabo las tareas que requieren o, simplemente, para descansar.
Es cierto que la percepción térmica es diferente en cada persona. Por lo general, suele estar influida por aspectos como el género y la edad, la ropa, la actividad física realizada y el metabolismo. Incluso se pueden citar aquí aspectos ambientales como, por ejemplo, el índice de humedad relativa o la velocidad del aire.

La Unión Europea cuenta con una normativa que habla específicamente sobre el confort térmico (ISO EN 7730). En este sentido, la temperatura ideal en verano suele oscilar entre los 22º C y los 26º C en verano, de acuerdo con los aspectos citados con anterioridad, mientras que en invierno desciende hasta los 21-23º C. El índice de humedad relativa recomendado en ambos casos se sitúa entre el 40 %
y el 60 %.

¿Qué problemas produce el aire contaminado y sucio en los entornos de trabajo?

En muchos casos, la única forma de alcanzar el confort térmico en el espacio de trabajo es empleando aparatos de climatización industrial. Sin embargo, cuando se apuesta por un sistema de aire acondicionado convencional, hay un factor que suele olvidarse: la calidad del aire.


Dicho concepto se determina mediante la medición de agentes contaminantes ambientales como, por ejemplo, el dióxido de carbono, las partículas de polen o la presencia de microorganismos. Cuanto más bajos sean los valores de estos agentes nocivos para la salud, mejor será el aire respirado. Pero, ¿qué efectos nocivos para la salud provoca la baja calidad del aire en el centro de trabajo? Diversos estudios científicos apuntan a los siguientes:

  • Molestias leves. Principalmente, dolores recurrentes de cabeza y excesiva sensación de fatiga, lo que acaba traduciéndose en un descenso del rendimiento del trabajador. De hecho, hay investigaciones que avalan que no garantizar el confort térmico de los empleados ni cuidar el aire que respiran puede afectar a sus funciones cognitivas y rebajar notablemente su productividad.

  • Afecciones respiratorias. Los alérgenos y otras sustancias nocivas causan la irritación de la laringe y de la faringe. En casos leves, estos problemas se quedan solo en estornudos y tos. Sin embargo, pueden llegar a desencadenar episodios de asma, resfriados y anginas. De hecho, si la infección llega a los bronquios o a los pulmones, puede tornarse en una enfermedad muy seria. Por su parte, la no regulación del ambiente a nivel térmico ni el cuidado del aire acaban minando cualquier posibilidad de conseguir un buen ambiente laboral. Los trabajadores son conscientes de sus obligaciones, pero también de sus derechos

 

En este sentido, la falta de interés por parte del empleador suele ser una de las razones alegadas con mayor frecuencia para dejar un trabajo y buscar otro nuevo. Cualquiera sabe que, aunque todo el mundo es sustituible en un momento determinado, formar a una persona ajena a la empresa requiere tiempo, esfuerzo y, sobre todo, dinero.

Muertes provocadas por enfermedades asociadas al aire contaminado

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen 7 millones de muertes prematuras debidas a la mala calidad del aire. Se trata de una cifra que debería alarmar a todo el mundo, puesto que la presencia de agentes contaminantes no solo es la causa de afecciones leves de salud, sino también de otras muy graves.

El ejemplo más evidente es el del cáncer de pulmón. Hay muchos ambientes laborales, especialmente los relacionados con la industria, en los que se generan multitud de partículas cancerígenas. Evitar inhalarlos por parte de los trabajadores es decisivo para garantizar su seguridad.

La climatización adiabática 3.0 airmagic, una solución eficaz

Hay una forma de ‘matar dos pájaros de un tiro’, esto es, de garantizar el confort térmico dentro de las instalaciones de trabajo, al tiempo que se mejora la calidad del aire de su interior. Se llama climatización adiabática 3.0 airmagic y ha demostrado su eficacia en industrias, supermercados,  gimnasios y en otros muchos negocios.

Pero, ¿por qué? Para entenderlo, es necesario explicar detalladamente cómo funciona esta tecnología, la cual se fundamenta en un principio natural: la primera ley de la termodinámica. Los equipos de climatización adiabática 3.0 airmagic capturan el aire del exterior mediante una serie de ventiladores y, después, lo impulsan a través de un circuito de conductos hasta llegar a un filtro impregnado con agua. El líquido, al encontrarse a una temperatura muy inferior a la del aire, absorbe gran parte del calor contenido en él (entre 8º C y 15º C, en muchos casos).

Ese filtro también se queda con un buen número de partículas contaminantes, si bien es cierto que el aire es conducido a otra serie de filtros más precisos. En líneas generales, pueden atrapar todas las partículas cuyo tamaño exceda de las tres micras. A continuación, ese aire regulado térmicamente y limpio es introducido dentro del centro de trabajo. En su interior, un grupo de sensores monitorizan la temperatura y la calidad del aire de forma constante, de modo que inician el ciclo de renovación cuando detectan que los umbrales máximos han sido superados. Se trata, por tanto, de un proceso que nunca se detiene y que, incluso, resulta válido para espacios semiabiertos.

El único hándicap de la climatización adiabática 3.0 airmagic o evaporativa 3.0 es que, por una cuestión lógica, eleva el nivel de humedad relativa ambiental. No obstante, no es algo que no se pueda solventar instalando deshumidificadores que controlen este aspecto en el caso de que llegue a resultar molesto. 

Ventajas de garantizar el confort térmico en el entorno profesional

En este punto, se van a mostrar los beneficios que reporta garantizar tanto el confort térmico como la calidad del aire dentro de los espacios de trabajo: Mayor rendimiento y productividad. Un trabajador que se siente a gusto en su puesto es un trabajador que realiza sus tareas más rápido y con mayor eficacia.

Un desempeño que acaba teniendo un impacto muy positivo en las cuentas de la empresa. Menos rotación de personal. Esto se debe, fundamentalmente, a que se originarán menos bajas por incapacidad temporal asociadas a enfermedades comunes y profesionales. Mejor ambiente de trabajo.

Como se dijo con anterioridad, cuando los trabajadores se sienten cuidados por sus empleadores, se muestran más fieles y motivados a la hora de acometer sus tareas diarias. A todo esto hay que sumar que el riesgo de sufrir una sanción por parte de los inspectores de trabajo se ve aminorado. Hay que tener presente que el confort térmico y la calidad del aire están considerados como riesgos laborales sujetos a protección. Por ello, los empresarios están obligados a adoptar las medidas oportunas que los materialicen en todo momento.

Eficiencia y bajo consumo

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Más allá de todas las ventajas que ya se han citado, la eficiencia y el reducido consumo son otros dos factores que animan a muchos empleadores a acabar instalando sistemas de climatización adiabática en sus centros de trabajo. Basta con decir que, de media, consumen un 80 % menos de energía que los equipos convencionales de aire acondicionado. 

Como es obvio, esta diferencia en el consumo contribuye a compensar el coste de la compra y de su instalación en un breve lapso de tiempo, al igual que sucede con el descenso de las bajas por incapacidad temporal. Igualmente, ejerce un muy positivo impacto a nivel ecológico y en el confort térmico de la empresa.

Los sistemas adiabáticos o evaporativos no emplean gases refrigerantes para hacer descender la temperatura del aire. Conviene recordar que, a pesar de que se ha mejorado mucho en la materia, las legislaciones actuales aún permiten el uso de gases de este tipo con un potencial efecto invernadero 150 veces superior al del dióxido de carbono. Sobra decir que, en un momento en el que ya estamos empezando a notar las consecuencias del cambio climático, prescindir de ellos se antoja fundamental.

Para terminar, es posible añadir un beneficio más, a los ya comentados, de los sistemas de climatización adiabática en los entornos profesionales. Por un lado, mejoran el confort térmico y, con ello, el grado de satisfacción y rendimiento de los trabajadores, lo que redunda en un incremento de su productividad. Por otro, mejoran la calidad del aire, con su consiguiente aumento en la satisfacción de los empleados al ver protegida su salud. En tercer lugar, respetan y cuidan del medioambiente. Sin duda, todas estas características los convierten en una solución idónea para una amplia disparidad de negocios.