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La Importancia de la climatización en los centros educativos: garantizando un entorno propicio para el aprendizaje

Los centros educativos, al igual que sucede con los supermercados y otros muchos inmuebles, tienen unas necesidades especiales en términos de climatización y ventilación. Al fin y al cabo, se trata de lugares en los que se produce una alta concentración de personas en un espacio bastante reducido. Solo hay que pensar en el aula de cualquier colegio de una gran ciudad, en la que fácilmente habrá entre 20 y 30 niños.

Pero ¿cuál es la mejor manera de garantizar un entorno favorable para el aprendizaje en colegios e institutos? Una pregunta a la que se tratará de dar respuesta en Airmagic.

Tabla de contenidos

La situación actual de la climatización en los centros educativos

Actualmente, muchos centros educativos se encuentran en una mala situación a este respecto. ¿El motivo? Es habitual que cuenten con sistemas de climatización con los que mitigar el frío en invierno, pero no de aire acondicionado con los que sofocar el calor del verano.

Hasta cierto punto, esto era algo que se podía considerar normal, ya que los colegios e institutos permanecían cerrados durante los meses de julio y agosto. Sin embargo, hoy en día, no lo es tanto. En primer lugar, porque muchos de estos centros celebran campamentos de verano y otras actividades destinadas a favorecer la conciliación entre la vida personal y profesional de los padres.

Sin embargo, este no es el aspecto más importante. El cambio climático, cuyos efectos empiezan a notarse ya, tiene una relevancia mayor. Por ejemplo, haciendo que las sofocantes temperaturas del verano lleguen varios meses antes de lo habitual.

Esto es algo que quedó patente durante el mes de marzo de 2023 en España. Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, fue el segundo más cálido y con menor volumen de precipitaciones de todo el siglo XXI. La temperatura media en la Península fue de 1,8 grados por encima de la media de la base histórica. Una cifra que resultó bastante superior en la zona oriental de Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña.

Por tanto, la necesidad de acondicionar los centros educativos mediante el uso de equipos de refrigeración empieza a ser imperiosa. Y es que el calor, como se verá a continuación, tiene un impacto muy negativo sobre el rendimiento de los niños.

¿Cómo afecta el calor al rendimiento dentro de las aulas de los centros educativos?

Desde hace tiempo se sabe que el calor afecta negativamente al rendimiento de los niños en el colegio. Uno de los estudios más innovadores e interesantes al respecto fue el realizado por Josean Pérez, Julio Montano y José Pérez en Portland (Oregón): Does Temperature Impact Student Performance? Room Temperature and its impact on student test scores. Healthy Schools o, en español, “¿La temperatura afecta al rendimiento de los estudiantes? Temperatura ambiente y su impacto en las puntuaciones de los exámenes de los estudiantes. Escuelas saludables”.

Sin embargo, la prestigiosa Universidad de Harvard, en colaboración con UCLA y la Universidad de Georgia, realizaron un estudio que fue mucho más allá. En concreto, analizaron los resultados de 10 millones de alumnos de secundaria durante 13 años en centros educativos de los Estados Unidos.

Esta investigación llega a una serie de conclusiones muy interesantes. Estas son las más importantes:

  • A partir de los 21 °C, el alumno empieza a ver mermada su capacidad de aprendizaje. Este proceso se acelera al alcanzar 32 °C y se hace prácticamente imposible asimilar nuevos conocimientos cuando se alcanzan los 38 °C.
  • De media, por cada 0,55 °C que asciende la temperatura media ambiental, la caída en el rendimiento de los alumnos es del 1 %.

Pero ¿por qué el calor afecta al rendimiento cognitivo? La ciencia ha dado respuesta a esta pregunta. Los seres humanos son animales de sangre caliente, es decir, cuyo organismo trabaja para mantener su temperatura corporal estable.

Cuando las temperaturas ascienden y se tiene calor, el cuerpo activa un mecanismo corporal con el propósito de enfriarse. Para ello, empieza a consumir grandes cantidades de glucosa, que es la fuente de energía principal que utiliza el cerebro.

Es curioso, pero el mecanismo biológico destinado a calentar el organismo cuando hace mucho frío consume mucha menos glucosa que el descrito anteriormente. Esta es la razón por la que el rendimiento cognitivo se mantiene estable aunque las temperaturas ambientales sean bajas

Los problemas más importantes a los que se enfrentan los centros educativos en materia de climatización

Llegados a este punto, queda claro que el confort térmico dentro de las aulas se alcanza a temperaturas de entre 18 °C y 20 °C, ya que son aquellas en las que los alumnos muestran un mejor rendimiento académico. Los sistemas de calefacción permiten mantenerlas estables en invierno, pero la ausencia de sistemas de refrigeración complica la tarea cuando llega el calor.

Los costes de compra e instalación de equipos, otro gran problema

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Caso de éxito C.E.I.P Ciudad de Mérida

La inmensa mayoría de los centros educativos se enfrentan a problemas de índole presupuestaria a la hora de acometer la compra de equipos de refrigeración para las aulas. Esto es algo evidente tanto en los colegios e institutos públicos como en los concertados y en los privados.

Sin embargo, el problema no solo se da a la hora de comprar los sistemas de aire acondicionado. También tiene que ver con su mantenimiento. Actualmente, estamos viviendo una situación de crisis energética que se ha traducido en un incremento exagerado del precio de la luz. Según datos ofrecidos por el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE), en 2022 el precio del megavatio por hora subió un 88,3 % respecto a 2021.

Ambos factores han hecho imposible para muchos centros ejecutar sus planes de compra de equipos de aire acondicionado. Algo a lo que, además, hay que sumar la contaminación generada por los gases refrigerantes, cuyo impacto en el efecto invernadero y el cambio climático es notable.

Evitar la propagación de contagios

Todo el mundo sigue teniendo muy presentes los efectos de la COVID-19. Al fin y al cabo, la pandemia causó estragos en la economía y, en muchos casos, en la salud física y psicológica de las personas.

En este sentido, el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) establece unos estándares de ventilación en los centros educativos con el propósito de evitar los contagios. No solo por la COVID-19, sino también por otras enfermedades. No se debe olvidar que las aulas son lugares propicios para la concentración de virus y bacterias de muy diversa índole.

Sin embargo, la cuestión económica a la que se hizo referencia en el apartado anterior también ha impedido la instalación de sistemas de ventilación adecuados. La mayoría de los colegios siguen abriendo las ventanas, con la pérdida energética que ello supone, como principal medio para renovar el aire del interior de las aulas.

La climatización adiabática, la solución para los problemas de los centros educativos

Por suerte, hay una opción de que soluciona todos los problemas de los centros educativos que se han descrito. Es el caso, cómo no, de la climatización adiabática o evaporativa.

Los sistemas de climatización adiabática o evaporativa consiguen refrigerar el aire de las aulas mediante un proceso natural. De hecho, su funcionamiento se basa en la primera ley de la termodinámica.

En primer lugar, el equipo absorbe el aire exterior a través de un ventilador y, después, lo conduce hasta un filtro húmedo. Al entrar en contacto con el agua, pierde parte del calor albergado en su interior, por lo que accede al espacio a una temperatura entre 8 °C y 12 °C inferior.

Posteriormente, cuando el aire interior eleva su temperatura, es expulsado al exterior a través de otro ventilador y una serie de conductos específicos. Un proceso que garantiza la renovación del aire y que previene la propagación de contagios por COVID-19 y otras enfermedades.

Otras ventajas de la climatización adiabática o evaporativa

Sin embargo, los colegios e institutos pueden beneficiarse de otros muchos aspectos si apuestan por este tipo de sistemas de climatización. Son los siguientes:

  • Amortización de la inversión. Estos equipos consumen, de media, un 80 % menos de energía que los sistemas de aire acondicionado convencionales. Esto hace que, en este tipo de centros, su valor de compra quede amortizado en un período de tiempo de entre 2 y 5 años, según el caso.
  • Máxima eficiencia. Los sistemas de climatización evaporativa garantizan el confort térmico incluso al dejar abiertas las ventanas o en espacios semiabiertos.
  • Incrementan la calidad del aire. Puesto que emplean filtros que retienen las partículas de polen y sustancias tóxicas.
  • Respeto al medioambiente. No emplean gas refrigerante y, por tanto, no hay riesgo de emisión de sustancias de efecto invernadero derivadas de su funcionamiento.
  • Mantenimiento sencillo. La forma en la que funcionan estos equipos es mucho más simple que la manera en la que operan los aparatos de aire acondicionado. Por tanto, el gasto en mantenerlos a punto es mucho más bajo.

Dicho esto, ha quedado perfectamente claro por qué los sistemas de climatización evaporativa o adiabática son la solución ideal para los centros educativos. Sin duda, se trata de equipos capaces de garantizar el confort térmico cuando más aprieta el calor y, con ello, de mantener el rendimiento de los alumnos.

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